Nuestro Kike

La historia de nuestro Real Murcia no está, por desgracia, llena de biografías completas de jugadores. En la mayor parte de los casos los futbolistas sólo comparten una pequeña etapa de su carrera con nosotros. Históricamente hemos sido casi siempre un equipo diseñado para conseguir la ansiada meta del ascenso a Primera. Centrados en tal objetivo, y nunca sobrados de capital, nos hemos afanado siempre en la búsqueda de ese joven talento pendiente de dar el salto al fútbol profesional, sin sitio aún en los equipos de primera línea. Pero los jugadores de ese perfil siempre han tenido estancias efímeras en el Club. Cuando su rendimiento no estuvo a la altura de lo deseado, salieron con más pena que gloria, para dejar sitio a la siguiente promesa. Cuando, por contra, dimos en el clavo y encontramos a un verdadero diamante en bruto, los peces gordos del negocio de la pelota sacaron la caña, y con el final de la brillante temporada concluyó también el periplo del jugador en nuestro Murcia. Seguro que os vienen a la cabeza fichajes como el de Manuel Sánchez Delgado «Manolo». O si aún no peináis canas, el de Luis García en nuestra penúltima etapa en Primera. También canteranos como Juan Valera o Sergio Escudero. Todos ellos firmaron campañas fantásticas aquí, y su permanencia en el Murcia duró lo que tardó el mes de junio en llegar, y el siempre necesitado dinero en asomar por las oficinas del Club.

Con estos antecedentes, es fácil entender que la historia de Kike García en el Real Murcia sea tan especial. Enrique García Martínez llegó al Real Murcia Juvenil procedente del C.D. Quintanar en la temporada 2007/08 sin haber cumplido aún los 18. No tardó en hacerse un hueco en el Imperial, y con sus 8 goles en Segunda B en la 2008/09 llamó con fuerza a las puertas de la primera plantilla, y más aún, de la Selección Nacional.

Kike con sus camisetas (http://www.quintanardeportivo.com/)

Kike disputó los Juegos Mediterráneos de 2009 anotando un tanto, y alzándose con la medalla de oro. Ese mismo año hizo 2 goles en el Mundial Sub-20 (aquí un vídeo), y se ganó una convocatoria con la Sub-21 para un España-Holanda en Rotterdam el 17 de noviembre, en que no llegó a debutar. Durante esos meses tuvo la oportunidad de compartir vestuario con jugadores como Asenjo, Azpilicueta, Ander Herrera, Jordi Alba, Javi Martínez, Adrián, De Marcos, Botía…

Kike celebra un gol con Azpilicueta (http://www.quintanardeportivo.com/)

El fútbol sonreía a Kike García, y muchos teníamos asumida su marcha al final de esa campaña. Sin embargo, no brilló en la faceta goleadora con el Real Murcia en Segunda (sólo 3 goles), dejó de ser convocado por la Selección, y el fatal desenlace de aquella temporada con el descenso en Montilivi acabó de oscurecer el brillante cartel de Kike. Esto, afortunadamente para el murcianismo, alejó a muchas «novias». El Club seguía, en cambio, confiando en la proyección de Kike. Y así, sin ninguna oferta potente por el jugador, la continuidad del conquense quedó sellada. El de Motilla de Palancar devolvió la confianza a base de goles, y sus 12 tantos fueron fundamentales para el retorno del Murcia a la categoría de plata, sellado en el Anxo Carro. La temporada siguiente estaba llamada a ser la de la explosión de Kike. Con la confianza de Iñaki Alonso ganada, por fin partía con la vitola de referente del ataque grana en Segunda División. Pronto llegó su primer gol, en la 2ª jornada, contra al Celta en NC.  El manchego estaba en un momento dulce. Sin embargo, la siguiente jornada cae gravemente lesionado en el Martínez Valero -famoso «no penalti» de Pino Zamorano- y comienza entonces un auténtico calvario para Kike, que no volverá a pisar los terrenos de juego esa temporada. Apenas dos años después de haber tocado techo anotando dos goles en la fase final de un Mundial Sub-20, Kike veía la cara más amarga del fútbol. Las múltiples recaídas durante el proceso de recuperación nos hicieron temer lo peor…

Sin embargo, en esa encrucijada en la que muchos futbolistas se quedan en el camino, Kike García salió adelante. Y lo hizo reforzado. Durante mucho tiempo se había visto a un chaval con unas sobresalientes condiciones para el fútbol jugar contrariado, en ocasiones apático, y demasiado frágil ante ese runrún corrosivo de la grada de NC. El Kike que vuelve tras la lesión ha cambiado radicalmente. Por fin parece disfrutar jugando al fútbol. Como entendiendo que es afortunado por esa segunda oportunidad que el fútbol parece concederle. Liberado, por fin, de esa insatisfacción por su ascenso futbolísitico truncado en 2010, y aprovechando cada minuto de juego, Kike se convierte en un bastión sólido con la confianza continua de Siviero, y más tarde de Onésimo. Así consigue el que era, hasta ese momento, su mejor registro en Segunda: 8 goles. Había nacido un nuevo Kike. Con las virtudes de la joven promesa, pero sin sus defectos. Un delantero que esta temporada está dando un puñetazo en la mesa de la Segunda División, con 14 goles anotados ya en febrero. Convertido en  el auténtico jugador franquicia del Real Murcia, a sus 24 años. Sí, veinticuatro.

Ya sabéis cómo acaban estas historias en el Real Murcia. No hace falta ser adivino para saber que nos quedan tres meses que disfrutar de Kike. Sin embargo, a diferencia de tantos casos anteriores, él se marchará tras nada más y nada menos que siete temporadas en el Club. La carrera del conquense quedará siempre ligada a su etapa con nosotros. Dondequiera que vaya, tendrá en los murcianistas a unos seguidores incondicionales. Dondequiera que acabe seguro que mirará cada semana lo que ha hecho su Murcia, alegrándose con nuestros éxitos, y sufriendo con nuestras derrotas. Kike es uno de los nuestros, y esta semana me ha parecido la más adecuada para hacerle un merecido homenaje. Porque no quiero esperar para aplaudir a Kike el día de su despedida. O cuando pise NC con otra camiseta. Quiero hacerlo aquí y ahora. Este domingo, y viéndolo de ese grana que ojalá nunca dejase de vestir. Por eso, en una semana seguramente difícil para él por las ocasiones perdidas en Soria, por ese penalti que no acabó dentro, considero tan oportuno escribir estas líneas. Estar a su lado, más que nunca. Empujarle este domingo noche para que siga enseñando a toda España quien manda en NC.

Ojalá cuando marque contra el Jaén recordéis estas palabras, y en ese grito y esos aplausos vaya incluido el reconocimiento a Kike García por esa juventud futbolística que nos ha dado. Recibimos a un niño, y diremos adiós a un hombre. Don Enrique García Martínez. Kike García. Nuestro Kike. Siempre.