El tío de la vara

Bien sabéis los que me leéis habitualmente que soy poco amigo de las reflexiones en caliente.  En casi todos los ámbitos de la vida, y más aún en el mundo del fútbol, viene muy bien darse unas horas, incluso unos días, antes de sacar de dentro todos los pensamientos que uno tiene. En caso contrario se corre el riesgo de leerse pasado el tiempo, y no reconocerse en las palabras. Sin embargo, hoy voy a hacer una excepción. La ocasión lo merece, y las circunstancias lo demandan. Además, son muchas las semanas que llevan mi cabeza y mi corazón dándole vueltas al asunto como para que se pueda considerar esto un ejercicio de “bote pronto”.

Este mediodía, mientras muchos disfrutábamos de este radiante miércoles de las postrimerías del mes de julio, en un lujoso hotel de Barcelona el futuro de nuestro Real Murcia se ha movido en la cuerda floja. Una vez más. Porque muchos sabemos que en las actuales circunstancias del Club, y de la economía de nuestro país, la batalla puede ser en qué categoría se juega una temporada, pero la guerra es la supervivencia. Y la de nuestro Club ha corrido un peligro cierto en estas últimas semanas. Pues bien, en ese hotel de mi adorada Ciudad Condal, mi segunda casa, los miembros de la LFP decidían qué iba a suceder con la plaza del Guadalajara.

La mayoría ya sabéis cómo ha acabado la historia. Yo os voy a dar detalles interesantes. Pero antes de hacerlo, y para que se entiendan bien mis conclusiones, vamos a retroceder al principio de esta odisea.

A principios de junio el Real Murcia perdía la categoría matemáticamente en el Rico Pérez de Alicante, pese a derrotar al Hércules por 0-2. Se consumaba lo que muchos nos temíamos desde el mes de febrero. Que el equipo no era capaz de evitar un descenso al que se fue haciendo acreedor desde la irregular vuelta de vacaciones de Navidad. Ese mismo día se consuma el descenso del Racing de Santander, que baja los brazos en Ponferrada al verse descendido, y deja escapar la victoria. Allí comienza a gestarse el milagro de nuestra salvación.

Cuando todo era tragedia y desolación en la familia grana, un rumor que había venido circulando desde primavera es oficializado por el presidente de la LFP, el oscense Javier Tebas. El Guadalajara será descendido a Segunda B por irregularidades en una ampliación de capital en el verano de 2012. De repente, y en base a lo establecido en el Reglamento de la Competición, el equipo que acabe en la 19ª posición permanecerá en Segunda. El anuncio llega a una semana de que finalice la competición, y en el único momento de la temporada en que el Huesca (equipo de Tebas) ocupa dicha plaza. No tardan en producirse reacciones que censuran el “timing” para comunicar la decisión de la Liga. La U.D. Las Palmas pasa de visitar a un equipo sin objetivos, a tener que enfrentarse a un Real Murcia extramotivado ante el resquicio de una eventual salvación. La Ponferradina, que había logrado un punto valiosísimo ante el Racing, disputaba el puesto a los canarios. ¿Cómo hubiera actuado el Racing de Santander de haber sabido que ganar en El Toralín les dejaba la permanencia en su mano? ¿Hubieran empatado los berzianos? A todo esto las imágenes de Jorge D’Alessandro, entrenador del Huesca, celebrando la victoria de los altoaragoneses como si se tratase de una final de Champions, el mismo día que se certificaba su descenso a Segunda B, no dejan a nadie indiferente. El día después, primer lunes que el Huesca es de bronce, se pone en marcha un desplazamiento masivo de aficionados oscenses para ver el último partido de liga de su equipo, a unos poquicos kilómetros de distancia…¡en Huelva! Os dejo a vosotros mismos la extracción de conclusiones…

Llega ese fin de semana de pasión, y se obra el milagro. El Murcia vence a Las Palmas, y el Recre de Sergi Barjuán no levanta el pie en el Nuevo Colombino. El Real Murcia está salvado. Invasión de campo. La primera en la historia de NC. Júbilo. Incredulidad. Sensación de que la suerte, por una vez, no nos iba a ser esquiva.

No obstante, llega el mes de julio, y desde el club no se da oficialidad a la permanencia. La LFP deja la Liga Adelante con 21 equipos, y en el sorteo del Calendario –el más esperado de la historia- no aparecen ni Guadalajara, ni Murcia. En su lugar, el Club 22. Javier Tebas -omnipresente en los medios de comunicación- haciendo gala de una dialéctica bien trabajada, jamás pronuncia el nombre Real Murcia. Jamás. Revisad bien los archivos de audio (que el diario La Verdad puso en su boca una frase que nunca pronunció). Él ya debía estaba urdiendo su oscuro plan…

En ese escenario se desarrolla el inicio de la pretemporada del Real Murcia, que tiene que montar una plantilla y una campaña de abonados ambivalente: para Segunda o para Segunda B. Misión imposible, lógicamente, y razón por la cual vamos a entrar en el mes de agosto sin que los jugadores llamados a marcar diferencias en el equipo se hayan incorporado todavía. El Guadalajara se mantiene en su posición de jugador de póker, y presenta toda su planificación asumiendo su permanencia y marcándose como objetivo el ascenso a Primera. Cruces de “buenos deseos” entre ambas aficiones en las redes sociales. Ambas inconscientes de que su principal enemigo, el de ambas, no está en Murcia ni en Guadalajara. Cabalga entre Madrid, Huesca y donde haya una buena cámara de fotos y un micrófono. Temblad clubes de España. Como un jugador vuestro apueste en Betfair igual acaban por descenderos a Tercera. Si no sois el Huesca, se entiende…

Este viernes pasado, agotada la última vía deportiva de apelación, el Guadalajara era a todos los efectos equipo de Segunda B. Y se convoca para esta mañana Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de la LFP. Volvemos al punto de partida de mi escrito de hoy. Todos esperando que Tebas, a su pesar, confirme que el Real Murcia es el Club 22 del sorteo del Calendario, y que su escudo sí va a lucir, por fin, entre los de la Liga Adelante 2013/14.

Poco después de las 14:00h, y con un nudo en el alma, escucho Radio Marca, donde comienza la rueda de prensa de Tebas: “… todo el mundo daba por hecho que el Real Murcia iba a ocupar la plaza del Guadalajara pero…”. Oigo eso y os juro que es lo más cerca del infarto que he estado en los últimos tiempos. Después aclara que han pesado más, por normativa, los votos de los clubes de Primera División, y que por 19,1 a 18,8 se ha decidido que el Real Murcia sea invitado a la Liga Adelante, y no se amortice la plaza –o se haga subir a mejor no ascendido de 2ªB-. El salto de alegría que he dado ha sido kilométrico. De alivio. De rabia. De ilusión. Casi nada puede empañar la emoción que siento de que no se haya hecho justicia deportiva, y el equipo que no logró merecer la salvación sobre el verde, lo haya logrado por la vía administrativa. Porque esos que mancillaron la elástica grana pasarán. Ya han pasado. Pero nosotros permanecemos. Nuestro escudo permanece. Y no merecíamos otro varapalo más. Eran demasiados en la última década.

Decía que casi nada puede aguar esta fiesta. Sin embargo no podía dejar de sacar todo este veneno que tengo contra el señor Tebas. Porque hay demasiadas cosas de los últimos dos meses que no entiendo. O mejor dicho, que me encantaría no entender. Porque ha lastrado la planificación de nuestro Club. Porque ha intentado un maniobra final digna del mismísimo Maquiavelo, y que sin duda tenía planeada desde hace meses. Si quería optar por esta vía, era tan sencillo como haber anunciado en julio su intención de llevar a cabo la ya inolvidable votación. No lo hizo. As en la manga. No ha procedido según lo habitual en la LFP. No hay que retrotraerse al pasado remoto. El curso anterior ya se produjo un descenso administrativo. El Villarreal B, empujado por el descenso de su primer equipo, descendió a 2ªB. El Sabadell, 19º, salvó la categoría. Desde el 1 de julio de 2012 ya fue oficial. Sin amortizaciones, sin votaciones ajustadas, sin lastrar planificaciones, sin misterios. Con vergüenza.

Ahí tenéis mis reflexiones, para que las leáis, las compartáis o las rebatáis. Pero sobre todo para que os ayuden a entender quién dirige los designios de nuestra Liga, o por qué luego tenemos los arbitrajes que tenemos, o las resoluciones de los Comités de Competición que le meten 6 partidos a nuestro crack por un calentón, y 3 al portero del Barça B por ponerse frente con frente con un colegiado. Diferente vara de medir. La vara de Tebas. El tío de la vara.

tebas