Con motivo de nuestro encuentro del sábado en Montilivi, esta semana los diarios regionales, los foros de murcianistas, las redes sociales… se están inundando con referencias al desgraciado descenso de hace apenas año y medio –¿no os parece a vosotros también que ha pasado mucho más tiempo?-.
Todo el mundo recuerda que allí se perdió la categoría, pero sobre todo recuerda cómo sucedió. Lo “increíble” de que todos los resultados se confabularan en nuestra contra. El penalti de Albiol como una sentencia de muerte sin posibilidad de apelación. La manera tan caprichosa y perversa de ese balón de acabar superando a nuestro San Alberto.
Hoy mismo releía mi entrada en el blog de aquel día negro en la historia del murcianismo. Tragedia (podéis leerlo aquí), llevó como título. Os decía entonces que “hay heridas que nunca cicatrizan. Con el paso del tiempo se puede olvidar el sufrimiento, el dolor sentido cuando te fueron infringidas. Pero cuando uno se mira al alma encuentra allí, imborrable, la marca que dejaron”. Lo cierto es desde aquel día ha llovido mucho, y muy bueno. La masa social, la realmente fiel, ha cerrado filas con el equipo. Se ha creado un vestuario cohesionado, profesional, honrado y comprometido, con un buen entrenador al frente. Y todo ello con la diosa fortuna dándonos la cara domingo sí, domingo también (algo realmente infrecuente en la historia de este club).
Sin embargo la herida de Montilivi está demasiado fresca en mi memoria como para considerarla cicatrizada. Con el regreso a Segunda dejó de sangrar, y cada semana, según nos vamos acercando a los 52 puntos va teniendo mejor aspecto. A pesar de ello cuando he estado navegando por las ediciones digitales de los diarios de la Región, y al encontrar el vídeo de aquel penalti, he descubierto que aún soy incapaz de volver a verlo. Desde aquel 19 de junio, clavado de rodillas frente a mi televisor, contemplando con la sangre completamente helada como la pelotita decía no, no he vuelto a ver la secuencia completa de la jugada. Y todavía maldigo a los de Gol TV por haber incluido unos cuantos fotogramas en uno de sus anuncios.
Espero que el domingo ganemos en Gerona. Los puntos no valdrán ni más ni menos que en cualquier otro campo, pero hay deudas con el destino que es conveniente saldar cuanto antes…Y es que el “Murcia de Montilivi” tiene algo del Edmond Dantès de Alejandro Dumas. El Albacete está en Segunda B, el Cartagena vive en una situación muy complicada, y el Girona puede quedar el sábado al borde de la catástrofe… Los que un día se “confabularon” contra el Real, y lo dieron por muerto, parecen estar siendo víctimas de una curiosa, y no lo negaré, reconfortante, justicia poética. ¿El Murcia de Montecristo? No. El de Montilivi. Que así sea.