Nihil Prius Real Murcia

Corren tiempos difíciles para el murcianismo. Hace más de un mes que saboreamos la última victoria. Aquel triunfo que, como tantos otros esta temporada, fue más fruto de la fe y la fortuna que del buen hacer. Unas cuantas semanas después, su Santidad Alberto ha agotado el cupo de los milagros, y nuestra efectividad cara a gol ha bajado también del reino de los cielos. El Real Murcia, señoras y señores, es humano. Demasiado humano, que diría el gran filósofo Friedrich Nietzsche. Y no es baladí recordar, llegado este punto, al pensador alemán, puesto que parece ser el gran referente intelectual de un sector de la afición grana, y especialmente, del núcleo duro de la prensa deportiva regional. Para ellos, amigas y amigos, el Real Murcia ha muerto, y con su caída de los puestos nobles de la clasificación, la nada más absoluta ha ocupado el espacio que la ilusión se había ganado a pulso. El nihilismo murcianista. O peor, que el único verdadero sentido de la vida grana sea ir a ocupar la butaca en NC para maldecir a todo bicho viviente, desde los vestidos de corto, a los de tiros largos del palco. Ese murcianismo rancio que tiene embajadores en todos los rincones de nuestro estadio, y que está deseando que el Murcia empiece un partido perdiendo para maldecir a Samper, para decir que Alberto está viejo ya, o para sacar a pasear los tan manidos “perros”, “borrachos” y “gandules”.

Por suerte o por desgracia, no es todo tan sencillo. Lo del equipo no es un problema de actitud de los profesionales. Tampoco de aptitud, me atrevería a decir. Tenemos una plantilla adecuada para la categoría, que sin estar entre las mejores, es superior a otras diez o doce, y que muestra un gran nivel de cohesión y compromiso. Una unión que está, con está crisis, pasando el test más exigente.

Llegados a este punto de la temporada podríamos, eso sí, hablar de lo que considero son los males del Real Murcia. La mayoría son defectos que han acompañado al equipo desde el inicio de la temporada, pero que los buenos resultados nos han hecho obviar -ya se sabe que el fracaso puede ser la mejor escuela, y que el éxito, como el halago, debilitan-. El equipo concede demasiadas opciones de gol a los rivales. Es muy vulnerable por los flancos, con dos laterales que aportan mucho al juego ofensivo, pero que sufren ante los volantes rápidos y hábiles de muchos de nuestros rivales. Los jugadores llamados a liderar este proyecto –Sutil y Emilio- muestran, por diversos motivos, demasiadas intermitencias en su rendimiento. El equipo resulta más efectivo jugando al contraataque, pero quiere actuar con grandeza en NC, y llevar el peso de los partidos. Su incapacidad para ello es manifiesta a día de hoy, y facilita a los rivales la tarea: cuando este equipo se destapa de atrás, pasa mucho frío. A cambio, sus números en ataque no mejoran, por más que Iñaki se empeñe en alinear dos, tres y hasta cuatro delanteros. La osadía es una gran virtud, y con más dosis de ella el Murcia no hubiese descendido hace dos años. Admiro esa cualidad de Iñaki Alonso, especialmente después de haber sufrido a Alcaraz, Clemente y, sobre todo, González. Pero hay que ser inteligente, y, viendo las virtudes y defectos de nuestro equipo, a lo mejor valentía es salir en NC con un equipo sólido en defensa, y armado para la contra. Y si el equipo abre la lata, osadía será seguir buscando la puerta rival, queriendo hacer el segundo, el tercero… Osadía es también tocar el balón con criterio, y reducir el tempo de un partido, aunque algunos piten porque no se busque rápidamente el marco rival.

Tengo claro que de estas crisis se sale dejando la portería a cero, y que hace demasiado tiempo que el Murcia no lo consigue. La reconstrucción debe empezar por ahí, y espero que nuestro mister se dé cuenta de ello. Creo que la alineación en Almería, con muchas similitudes tácticas con la que nos dio la primera victoria en Valladolid, ya apuntaba en esa dirección. Se perdió por falta de concentración en balones parados, pero la primera parte me pareció correcta. Espero que Iñaki tenga la valentía de plantear un partido similar este sábado. Y que nosotros tengamos el acierto de sumar desde la grada, y acallar las voces rancias, deseosas de silbar al menor contratiempo. Los de la prensa ya llevan varias semanas ladrando. Hoy ya quieren hablar de Iñaki ratificado, y están afilando los cuchillos por si la tarde del sábado se tiñe de negro. Yo no voy a hacerles el juego. Voy a comer, de nuevo, a la hora del aperitivo. A envolverme con mi bufanda, y a sentarme en mi butaca de NC para ver a mi equipo jugar. Y voy a creer en que la victoria es posible. ¿Nihilismo murcianista? Sí, Nihil Prius Real Murcia.