Creer crea realidades

inakialonsoEste sábado visita NC la SD Compostela. Un equipo que en su web afirma haber nacido en 1962, y haber vivido sus años dorados en la década de los 90, con cuatro temporadas consecutivas en la máxima categoría. Los que ya peinamos alguna cana aún recordamos aquel portentoso gol de ese fenómeno bautizado hace poco por Mourinho como el “verdadero Ronaldo”.

Efectivamente el Multiusos de San Lázaro, testigo mudo del gol de Miguel Albiol en la primera vuelta de esta temporada, lo fue también de una de las galopadas más brutales que, como aficionado al fútbol, puedo recordar. Aquel equipo de los Fabiano y Ohen descendería a Segunda en 1998, y problemas económicos lo llevarían, al final de la temporada 2003/04 a su disolución como Sociedad Anónima Deportiva. A esa muerte a la que todos los factores parecen empujar ahora a nuestro Real Murcia, y que en ocasiones se antoja inevitable. ¿Qué equipo es entonces el que nos visita este sábado? ¿Existe vida más allá de la disolución? ¿Se puede creer en la resurrección? Cuestiones existenciales como estas son inevitables cuando se lee sobre este “milagro” de la SD Compostela. Lo cierto es que, tras la disolución de la SAD, el Compos, o al menos lo que quedó de él, compitió en Territorial Preferente como una nueva entidad deportiva y social.

Años después, en 2011, un grupo inversor adquirió los derechos legales oportunos, solventó algunas deudas y consiguió recuperar el derecho a utilizar el nombre fundacional del Club y su escudo. Podríamos perdernos en una larga discusión si quisiéramos tratar de ponernos de acuerdo en si realmente el Compos que nos visita el sábado es el histórico club de Santiago, o se trata de una entidad distinta. En cualquier caso, no deja de ser bonito dar la bienvenida a un equipo en el que unos pocos románticos no supieron resignarse a que un nombre y un escudo se extinguiesen.

A los mandos del “resucitado”, un entrenador muy querido por el corazón del murcianismo: Iñaki Alonso. El de Durango fue el capitán de la nave grana el año del regreso a Segunda en la temporada 2010/11. Tuvo la suerte de dirigir a una plantilla de auténtico lujo para la categoría de bronce, pero también la inteligencia y el acierto de hacerlo con buen criterio, a pesar de la enorme presión y responsabilidad en un año en que el ascenso era obligado.

Iñaki ha sido el único entrenador que ha permanecido dos temporadas completas en el Real Murcia desde que Jesús Samper se hizo cargo del Club. Fue siempre educado y correcto en el trato con los medios y los aficionados, y un profesional meticuloso en su trabajo. El éxito de su ascenso, con record de puntuación en Segunda B, fue ensombrecido rápidamente por la sufrida permanencia de su segunda campaña, y eso pudo empañar una despedida que debió ser mucho más emotiva. El Real Murcia y sus aficionados tienen una deuda de gratitud eterna con Iñaki, y seguro que este sábado, con la perspectiva de las cosas que da el tiempo, será recibido con un enorme afecto.

“Creer crea realidades” solía decir el vizcaíno que, como lo es Aira, era muy amante de las frases motivadoras, y de ver en el fútbol algo romántico que va más allá del rodar de un balón, y de la intención de once jugadores de introducirlo en la portería del rival. El Real Murcia de esta temporada es un canto a esa frase de Iñaki Alonso. Un equipo construido con piezas sueltas que nadie parecía querer cuando agonizaba el mercado de fichajes estival. Un grupo de jugadores que llegaban a un club que parecía abocado a la desaparición inminente, con unos pocos supervivientes que habían vivido un verano aciago. Un conjunto al que esperaban largos e incómodos viajes cada 15 días, para jugar en el otro extremo del país. A pesar de todo ello, y esto ya se puede decir acabe como acabe el cuento, esos futbolistas han dado una lección de fe. De creer en sus posibilidades, de honrar un escudo y de anestesiar a 6000 locos.

Son muchos los que no pueden calificar de otra forma a alguien que es capaz de ilusionarse en medio de las circunstancias que envuelven al Real Murcia. Que podamos vivir lo que para muchos son los preparativos de un funeral, planchando nuestro mejor traje para ir a una boda. Esta locura no hubiese sido posible si nuestros jugadores y equipo técnico hubiesen gastado sus energías en pensar más allá de cada partido o en leer las pre-esquelas que mucha de la prensa deportiva ha ido publicando día sí día también. Por esa determinación sin límites estamos ahí. Dándole guerra a uno de los equipos más brillantes que haya conocido la Segunda B en su historia: el actual Real Oviedo.

Creer, creer y volver a creer. Hasta crear realidades. Hasta que la primavera está asomando, e Iñaki Alonso nos visita con su Compos resucitado diciendo que para él, junto a Oviedo y Cádiz, el Real Murcia del “Guaje” Alvárez es favorito claro para el ascenso.

Ojalá los nuestros nos den una nueva dosis de analgésico, y la deuda del murcianismo con Iñaki no se empiece a saldar este sábado en forma de puntos. Cuando acabe el partido, no obstante, no nos quedará otra que despedirle con un cariñoso aplauso, desearle de corazón lo mejor, y soñar con que este junio podamos sumar otro milagro a la historia de este club que no se resigna a desaparecer. Hasta entonces, creer, creer y creer, y volver a creer…