Supongo que hoy debería ser día de analizar la visita de Samper a Murcia, y las conclusiones principales de la asamblea ordinaria celebrada ayer en NC. No en vano el futuro de la Sociedad Anónima Deportiva que tiene secuestrado al Real Murcia pende de un hilo. Dadas las fechas que se aproximan, que nos llenan de melancolía y nuevos propósitos a partes iguales, hablar de la reunión de ayer me haría inclinar la balanza muy peligrosamente hacia lo primero. Y es que la triste situación que atraviesa la Sociedad, y la falta absoluta de credibilidad de don Jesús “Te-Lo-Garantizo” Samper, han convertido una palabra maravillosa en una tortura para el murcianismo: futuro. La única manera que nos queda de vivir nuestra afición en paz es mirar exclusivamente al siguiente partido. Una oda a ese cholismo imperante, que en el Real Murcia ha alcanzado su máxima expresión. Aquí no es partido a partido. Aquí es auto a auto. Cautelar a cautelar. Recurso a recurso. Jugamos los fines de semana sobre el césped, y casi cada día en un despacho, una notaría o un juzgado.
Así es como vivimos los murcianistas. Por eso el día antes de que cerremos el año enfrentándonos al segundo mejor equipo de los ochenta de Segunda B, y haciéndolo con opciones de arrebatarle la posición, veréis pocas referencias en la prensa deportiva de esta Región al entrenamiento de ayer en Cobatillas. Y eso me entristece. Porque posiblemente la única salvación posible de esta entidad no se vaya a poder conseguir sobre un terreno de juego, pero yo nunca enloquecí por un tratado de derecho mercantil. Ni es la pasión por un auto judicial lo que me lleva a empezar la semana fastidiado y viendo lejos el domingo cuando mi Murcia ha perdido. Cuando el árbitro que nos birló escandalosamente un punto en León decretó el final del encuentro esta pasada jornada, mis ojos -y supongo que los vuestros- sólo miraban hacia un lugar, una fecha y una hora: NC, sábado 20 de diciembre a las 18:30h.
Por eso hoy quiero hablar de fútbol. De esa esencia de todo que se han empeñado en robarnos, y que reivindico como lo único en que podremos encontrar paz en este trance.
El pasado domingo se esfumaron de nuevo los tres puntos, confirmando una racha muy negativa en nuestros desplazamientos de este último mes. Todo coincidiendo con un intento del equipo de dar un paso adelante, apostando por un centro del campo con más guante y menos músculo. El Murcia no ha mejorado sus guarismos ofensivos, y a cambio ha perdido su seña de identidad principal en el primer tramo de la temporada: la solidez defensiva. Desde el la visita a Avilés, el equipo ha querido vestirse de grande cada partido. Lamentablemente, el traje parece haberle quedado demasiado holgado.
No obstante, este Real Murcia, aun sin inversión posible en invierno, puede aspirar a Play Off si hace valer el valor escénico innegable de NC. Puede hacerse acreedor a esos puestos de honor si lejos de casa vuelve a los partidos a fuego lento. Si deja que la cabeza de Acciari, o el tobillo de Albiol, vayan haciendo prisioneros en silencio. Una suerte de guerra de guerrillas en la que el rival vaya perdiendo batalla tras batalla sin saber bien cómo. Estoy convencido de que Aira es consciente de que el equipo debe iniciar su reconstrucción desde la firmeza defensiva. La visita del Guijuelo es la ocasión perfecta para volver al punto de partida. Quizá todavía haya algunos inquilinos de la grada de NC que no respeten al rival por su nombre, pero los 34 puntos del equipo salmantino lo convierten en un candidato firme a luchar por el ascenso de categoría.
No se me ocurre ocasión mejor para retornar al doble pivote Acciari-Armando, y volver a ver a Miguel Albiol en el once inicial. Debe regresar el Murcia enrabietado de los inicios. Un equipo con los pies en el suelo, dispuesto a darlo todo, y consciente de que sólo su trabajo y su fe podrán acercarlo a la quimera del ascenso. Estamos a una sola victoria de los 35 puntos. De conseguirla ante el Guijuelo, el Real Murcia se garantizaría acabar el año como uno de los tres mejores equipos de toda la B. Ese equipo donde la cabeza y el tobillo mágicos eran empujados a la jubilación en junio, plagado de chavales de la tierra que debutan en la categoría, y de jugadores que a finales de agosto no tenían un puesto fijo en ningún otro equipo. Lo que buscamos es un milagro. Acabar la primera vuelta así, ya sería medio.
Animo a los murcianistas a que despidan el año pensando en fútbol. Abstrayéndose, al menos durante una hora y media, del aluvión de cifras y plazos. Poblando las gradas de NC, con la ilusión de saborear la victoria, como invita a hacer el fantástico himno de Second.
¿Hablar hoy de asambleas o balances financieros? ¡Quita, quita!