La sonrisa de la ilusión

acciari

Faltan pocas horas para que arranque la liga. Sí, porque para nosotros sólo cuando el Real Murcia comienza su andadura se puede dar por iniciado el año futbolístico. Seremos pocos los elegidos. En contra las fechas, los calores, el día de la semana, el precio de las entradas y bastantes dudas sobre el proyecto del Real Murcia para este 2012/13. Una vez más Casa Samper ha sido inclemente con los que no han querido pasar por taquilla para abonarse, y pagar el importe de la entrada en cinco o seis partidos supondrá el mismo gasto que la temporada completa para un socio. Para pensárselo, especialmente si el equipo arranca a jugar, y el mes de mayo se convierte en uno de esos meses mágicos en los que se huele a Primera División. En nuestra historia han sido muchos…

Con esa esperanza, y un buen bocadillo –compañero siempre fiel en estos días de fútbol nocturno- me encaminaré hacia NC con ganas de disfrutar de cada minuto del calentamiento, de ilusionarme con los detalles que nos puedan dejar los nuevos marineros de la nave grana –tengo especial interés por ver cómo responde hoy Javi Matilla- y de saludar a esos compañeros de grada. Esos que seguro que no fallarán a la cita de hoy, como no fallaron el día que se abrió el telón de la Segunda B, empatando a cero con el Roquetas. No hace todavía ni dos años.

Apenas superado el ecuador del mes de agosto, han transcurrido ya suficientes semanas como para que las toneladas de desilusión de las últimas jornadas de la liga pasada hayan dejado paso a una calma esperanzada. La de muchos que, sin encontrar demasiados motivos para el optimismo, nos aferramos a la esperanza de que todos los factores se confabulen a nuestro favor, y el Murcia comience esta temporada con fuerza, y alimentando ilusiones. A los cenizos, que anuncian que el equipo estará sufriendo por mantener la categoría, les diré lo siguiente: la plantilla con la que cuenta esta temporada el equipo es superior en calidad a la del año pasado. Es normal. El Real Murcia 2011/12 era un recién ascendido inmerso en Ley Concursal. Tenía compromisos contractuales adquiridos con varios jugadores que eran básicos para la Segunda B, pero que han estado percibiendo salarios fuera de mercado siendo jugadores normalicos para Segunda A. Este año, con esas “hipotecas” casi amortizadas, y con la incorporación de jugadores de buen nivel para la categoría, como Nafti, Acciari o Matilla, el equipo ya cuenta con un listado de nombres que suenan más a plata que a bronce. Unamos a los tres mencionados a Javi Jiménez, Alberto, Molinero, Jorge, Óscar Sánchez, Sutil, Emilio Sánchez… Revisen sus hojas de servicio y verán que todos esos soldados ya conocen muy bien el campo de batalla donde van a tener que luchar a partir de esta noche. El puesto que más dudas me genera es el de ariete. El único nueve puro que tenemos en la plantilla es Chando, y me parece un jugador al que sólo uno giro afortunado lo puede poner en la senda del gol. Hace demasiado que no ve puerta, y ha empezado a hacer lo peor que puede hacer un delantero: dudar antes de chutar. La portería se le ha hecho muy pequeña y el portero rival enorme. Ojalá le pueda dar la vuelta a la situación.

Respecto al entrenador, sólo puedo decir que Siviero tiene una difícil papeleta por delante, al frente de un equipo al que su afición le exige como a un grande. Y con la sombra de Iñaki Alonso muy alargada. Se le quería muchísimo en la grada. Tanto que ni protagonizando la racha más negativa de la historia del Real Murcia en Segunda, y con el equipo siendo una caricatura de sí mismo, tardó mucho en escuchar el “veteyá”. Y este no fue ni unánime, ni rotundo. Eso dice mucho de su talla personal, y de su calado en los corazones de los murcianistas. Como no puede ser de otra manera le doy la bienvenida al  “Pájaro” Siviero. Le deseo toda la suerte del mundo. Sus éxitos serán los nuestros.

Esta liga es larguísima, y el resultado de esta noche no será decisivo para el devenir de nuestro equipo esta temporada, pero ojalá esta noche, sobre las once, estemos saliendo del estadio con una sonrisa en la cara. La sonrisa de la ilusión.