Sin “Clemencia”

El fútbol es un deporte increíble. Y lo es porque todo es posible. En estos días en que el “Yes, we can” recorre como una ola de esperanza los Estados Unidos, y desde allí el resto del Mundo, hago nuestra esa frase para hablar del nuevo Real Murcia 2009. Sí, podemos. Podemos ganar fuera de casa. Y no una, sino dos veces consecutivas. Podemos encadenar tres victorias después de más de dos años. Podemos ganar en casa del segundo clasificado, donde nadie en toda la primera vuelta había ganado. Podemos remontar un resultado adverso en el minuto 88. Podemos. Dicen que querer es poder, pero a mí me gusta más hablar de que creer es poder. Y este equipo está comenzando a creer. Se está dando cuenta de que, por desgracia, ya no milita en primera división. Que en esta categoría los equipos viven del esfuerzo y la solidaridad, más que de la calidad. Poniendo la carne en el asador, y con destellos de fútbol, se puede derrotar al más pintado. En casa propia y ajena.

Entonces, ¿por qué estos jugadores ahora creen en sus posibilidades y antes no? Es muy sencillo. En primer lugar ahora saben lo que tienen que hacer. El entrenador les deja claro cuál es su rol en el equipo (además, claro está, de que ahora juegan en sus posiciones naturales, y no en las que Clemente se inventó). Por otro lado, el entrenador cree en ellos. Y no es de palabrilla, y de cara a la galería. Cree con todas las consecuencias. Tanto, que en el minuto 88 de un partido en Salamanca, con un punto casi asegurado con el empate a 2, no manda al equipo atrás. José Miguel Campos cree en la victoria. El Murcia mantiene sus líneas bien posicionadas, y sus hombres avanzados comienzan a presionar a la zaga rival. La fe del Murcia amedranta al Salamanca, que se da cuenta de que no sólo se pone cara la victoria, sino que peligra el empate. Los nuestros descubren la debilidad del rival, aprietan, y Quique de Lucas le roba la cartera a un tembloroso central salmantino. Se genera un dos contra uno que Núñez resuelve con una asistencia de gol al propio De Lucas, que no perdona, y ante el delirio de unos privilegiados que también creyeron (los granas desplazados a las gradas del Helmántico) le da los tres puntos al Murcia. Tuvieron el valor de creer, y pudieron. Estos mismos jugadores hubieran perdido en Salamanca hace pocas fechas.Y lo hubieran hecho porque en el hipotético caso de verse con un 2-2 a cinco minutos del final, el técnico de Baracaldo hubiera metido tres centrales, y se hubiera cerrado en su área cual defensa numantina. Hubieran hecho al Salamanca creer en la victoria, y seguramente conseguirla. Afortunadamente ya no tenemos en el banquillo a Javier Clemente. Por suerte este nuevo Real Murcia es un equipo sin “Clemencia”.

Yes, we can.

obamadelmurcia