Una vez tocado el fondo de la crisis institucional esta semana, con la presentación de la solicitud de acogida a la Ley Concursal, y el juicio a “Don Limpio”, se puede decir que el fútbol vuelve a pasar al primer plano de la actualidad del Real Murcia. Salvo que se produjese el milagro de que alguien con dinero, en estos tiempos de carestía, viniese a comprar el Club antes de final de liga, ya no creo que se sigan llenando páginas y páginas de noticias sobre Trusam, sobre el convenio urbanístico,…
Personalmente, y supongo que a muchos de vosotros os sucede lo mismo, no me aficioné al fútbol para hacer un máster acelerado en gestión financiera o urbanística. Y menos en legislación mercantil. A mí lo que me gusta es ponerme mi camiseta del Murcia, y sentarme en mi asiento del Fondo Norte de NC. Sentir el olor del césped recién regado, y rápidamente buscar con la mirada a los once elegidos -que se ejercitan preparando el partido- para saber cuál será la alineación titular. Empezar a ilusionarme pensando en dónde podríamos quedar en la tabla si caen los tres puntos, y a hacer cábalas sobre el puesto al que caeríamos en caso de salir triste del estadio un par de horas más tarde. Y después animar, protestar, aplaudir, pitar,… y tratar de poner un pequeño grano de arena para empujar la pelota en la portería rival. Quiero centrarme en todo esto de una vez, y aunque los kilómetros sólo me dejen, casi siempre, recordar esas sensaciones, y ese asiento vacío de NC, volver vibrar con el fútbol, y olvidarme de personajes que jamás debieron acercarse a nuestro Real Murcia.
Hay vida después de la Ley Concursal, y a nuestro rival de esta semana me remito. La Real Sociedad es uno de los equipos más fuertes de la categoría, y sin duda estará peleando por el ascenso en la recta final del campeonato. Sin embargo, no me cansaré de decir que aun cuando no nos quede un Euro en la cuenta corriente, siempre nos quedará nuestro escudo, y nuestra historia. Y por eso, a día de hoy, y a pesar de la que está cayendo, para los rivales sigue mereciendo respeto la visita a nuestro feudo. Espero que este enésimo sábado de fútbol, San Valentín, llene el campo de enamorados (invitad a vuestras parejas al fútbol, y que no decaiga el ambiente de los últimos partidos). Ojalá tras los 90 minutos también podamos salir enamorados del fútbol de los nuestros. Si se quedan los tres puntos en casa, seguro que al menos se podrá ir cuajando una reconciliación. Porque cuando se quiere una camiseta, se olvidan rápido los pecados de quienes la visten.
P.D. A los fieles (mi familia, y el GranCarlos), a los esporádicos (Ese portugués, Dani, Rafa, Caesar), a los que dejastéis un testimonio en este blog (Región Grana, Javi García), y a los visitantes que pasáis por estas líneas sin hacer ruido. A todos, gracias. Esta semana el blog recibió su visita número 1000. ¡¡¡Y todas las que vengan!!!!