Dos pájaros de un tiro

No. Mis semanas de ausencia no se deben a una pérdida de fe en el Real Murcia de está temporada. No. No me he bajado, a pesar de los pesares, del carro de la ilusión. El equipo ha sido, excepción hecha del debut, claramente superior a sus rivales en NC, y ha realizado un digno papel como visitante, después de muchos meses de derrotas a domicilio. Sólo las actuaciones –e incido en lo de actuaciones– de los árbitros han privado a los nuestros de contar con 4 puntos más en el casillero. Si fuese esa la situación, estaríamos mucho más arriba, y en mi carro habría más viajeros.

Sin embargo no os contaré aquí la de la lechera, y deseando que ningún arbitro más venga a reírse de una afición centenaria, en su estadio, paso página. Eso sí, le pediría a los encargados del club que revisen si funciona el agua caliente en el vestuario arbitral, si hay algún problema de malos olores, si el todoterreno de última generación que traen cabe bien en la plaza de garaje reservada… Porque si no, no me explico las decisiones que he visto tomar a los colegiados ante el Huesca y el Salamanca. Como he dicho que no quiero mirar atrás, sino hacia el futuro, y en positivo, vamos a mirar al próximo sábado a las 20 horas en nuestro feudo. Recibimos al Córdoba de “nuestro” “querido” Lucas Alcaraz. Un hombre que confiere a sus equipos su sello inconfundible: trabajo físico, desprecio absoluto por el juego de toque, rentabilización de las jugadas de balón parado. Y en caso de adelantarse en el marcador, carta blanca para recurrir a cualquier treta que permita que el reloj corra sin que en el terreno de juego se vuelva a jugar a nada ni medianamente parecido al fútbol. Todas estas “virtudes” de sus equipos los convierten en rivales incómodos, y competitivos en la Categoría de Plata (a la vez que se convierten en ridículos e incompetentes en la máxima categoría). Él nos devolvió a primera por última vez, para luego amargarnos el Centenario -dilapidando el presupuesto más alto de nuestra historia, con el que pensábamos, de una vez por todas, asentarnos en Primera División-.

Llegamos ante el equipo blanquiverde a la séptima jornada de liga, y aún estamos esperando que caiga la primera victoria. Y el principal problema es que nos volvamos locos intentando revolucionar el equipo, la táctica, la alineación,… cuando con lo ya empleado nos hemos hecho acreedores del premio de los 3 puntos en más de una ocasión. Creo que hay que insistir con lo que se ha mostrado eficaz, y confiar en que no siempre nos van a atracar los árbitros, y no siempre nos van a empatar en el minuto 93. Tal vez el cupo de la mala suerte y el hurto federativo ya está cubierto, y al borde de las diez de la noche del sábado salimos felices de NC. Con la victoria seguramente empezaremos a hablar de las buenas noticias: de Chandogol, de Pedro y su rendimiento en banda derecha, de la aportación de Luque a balón parado, del mariscal Pereyra, de la calidad y contundencia de Sergio Fernández… A lo mejor miramos al calendario con una ilusión renovada. Habremos matado dos pájaros de un tiro: el pájaro de la primera victoria, y al pájaro de Luquitas Alcaraz.

luquitas