¡Qué nos lo bajan!

El sábado es 2 de mayo. Una fecha destacada en la historia de España. Tal día como ese, del año 1808, las tropas francesas que ocupaban el país con la connivencia del Estado, decidieron desalojar al Infante Francisco de Paula del Palacio Real, en Madrid. El pueblo de Madrid, enfervorizado en contra de la invasión gala, se agolpó a las puertas del Palacio al ya histórico grito de “¡Qué nos lo llevan!” tratando de evitar el desalojo. Los mamelucos tuvieron que entrar en la ciudad para sofocar el levantamiento popular, y el desigual encuentro entre unas tropas armadas y preparadas, y los hombres y mujeres españoles que lucharon con todo aquello que tenían a mano –utensilios de cocina, agujas, maceteros,…- acabó como era lógico: con miles de madrileños masacrados, y escenas tan terribles como la que nos pintó el genial Francisco de Goya en sus “Fusilamientos del 2 de mayo”. Los franceses ganaron la batalla, pero la semilla de la revuelta contra la invasión ya estaba bien plantada en todo el país, y la Independencia Española sólo fue cuestión de tiempo.

No puedo evitar establecer paralelismos con lo que podemos vivir en NC este sábado, 2 de mayo, a partir de las 18.00h. Los murcianistas de corazón –esos que no abandonarán la grada a las 19.15h para llegar a casa a ver a los “grandes” jugar en el Bernabeu- tenemos una importante cita en nuestro feudo. Nuestros jugadores parecen dispuestos a permitir que nuestro Real Murcia se vaya a Segunda. Por eso, desde aquí, yo pido que al grito de “¡Qué nos lo bajan!” poblemos las gradas de NC, y gritemos y empujemos para conseguir una victoria vital. Tanto como lo fue la conseguida frente al Alavés, in extremis, y ante esos 9000 fieles. No dejemos que estos invasores que se han apoderado de nuestro vestuario, y que nos sacan los colores fin de semana tras fin de semana, nos hagan caer a Segunda B. Vamos a apretar, porque así pondremos la semilla de la salvación. Espero, no obstante, que no tengamos que acabar la noche “fusilando” a nadie –que no sea el portero rival, claro está-.