Guillamón ha «muerto»; los jugadores lo han matado…

El de los jugadores de fútbol es, sin ninguna sombra de duda, el colectivo de profesionales más consentido y desagradecido que existe. De largo. Un jugador de fútbol trabaja una media de 3 horas diarias (incluyendo ducha y masaje). Tiene un sueldo muy por encima de la media, que en algunos casos –el de la inmensa mayoría de los del Real Murcia- asciende a cifras que rozan lo vergonzoso, especialmente en los tiempos que corren. Detrás de ellos hay una masa de gente ilusionada, que olvidando penas, despidos, paro, hipotecas,… se unen cada fin de semana para dejarse la voz animando. Aplaudiendo cada vez que ellos hacen bien aquello con lo que tan bien se ganan la vida. Imaginaos a un albañil enluciendo una pared, y a un grupo de personas enfervorizadas ovacionándolo por cada pasada bien hecha. De locos, ¿verdad? Hasta aquí todo parecería indicar que deberían ser, por tanto, gente agradecida con los clubes que pagan sus coches de alta gama, atenta con los aficionados, cuyo dinero –no lo olvidemos- es el que, en origen –abonos, entradas, camisetas, merchandising,…- acaba en sus cuentas corrientes. Sin embargo, paradójicamente, es justamente al contrario en la mayor parte de los casos. Y como muestra, un Movilla. Jugador en sus últimos años de carrera futbolística, que firma el que estaba llamado a ser su último gran contrato con nuestro equipo. El madrileño se asegura unos ingresos superiores al millón de Euros anuales (más de 160.000.000 de las antiguas pesetas) por pasar de ser el desecho de un Zaragoza que acabaría bajando, a una de las piedras angulares de un proyecto ilusionante. El proyecto de un equipo que quiere asentarse en la Liga de las Estrellas. Pues bien, después de demostrar a lo largo de la pasada campaña, y en repetidas ocasiones, su absoluta incapacidad para la misión que se le había encomendado, este tipo se embolsa lo que algunos de nosotros necesitaríamos varias vidas en ganar. En el inicio de la temporada actual, Javier Clemente lo aparta del grupo, en parte presionado por Trusam, que quieren deshacerse del jugador por su inasumible ficha para segunda división. Evidentemente no hubo club tan pardillo como para llevarse a Movilla a precio de jugón.

Después de las turbulencias del inicio de la temporada, con el dúo Samper-Clemente saliendo de escena, y el Guillamón-Campos entrando en la misma, Movilla vuelve a las convocatorias. Y al once titular. Además, por fin parece justificar algo de sus elevados emolumentos siendo partícipe de las 5 victorias consecutivas de enero de 2009. Cuando todo parece indicar que debiera mostrarse agradecido con aquellos que lo han recuperado para el fútbol, José María Movilla denuncia al Real Murcia, y le solicita que le rescindan el contrato –pagándole eso sí, todo lo que este estipulaba- y que le indemnicen con 1,5 millones de Euros por daños morales (como diría el otro, ¡ojo al dato, señores!). Moviliza a la plantilla para salir a pedir el 15% del dinero que queda pendiente de pago, por derechos de imagen. Revoluciona al vestuario con la intención de saltar a NC, el sábado pasado, con camisetas con la leyenda “Ley Concursal=Desaparición”, y tiene la desfachatez de encararse con Manolo Alvárez, Director Deportivo del Club, llamándole mentiroso, y amenazando con “…bajar a 2ªB”. Por no hablar de su “agria polémica” con Juan Guillamón, un presidente que estaba dejando de lado sus muchas y nobles tareas profesionales por luchar para que Movilla, y sus compañeros, cobren sus vergonzosas nóminas. En resumen, impresentable.

Ahora es cuando mucho de vosotros estaréis pensando que Movilla es sólo un jugador de una plantilla muy amplia. Y tenéis razón. El problema es que los jugadores hicieron ayer un comunicado exculpando a Movilla de todos los “affaires” que se le atribuyen, y diciendo que no fue José María, sino Fuenteovejuna (digo yo que, bien pensado, algo de ovejunos sí que tienen estos chavales). Hoy, el presidente Guillamón ha decidido dimitir de su cargo. Viendo cómo son los profesionales por los que ha estado perdiendo hambre, sueño y salud, no me extraña que haya salido huyendo, escaldado. A ver quién quiere ahora venir a luchar por estos jugadores…