El silencio de los corderos

Después de la enésima derrota lejos de nuestro estadio, volvemos a hundirnos en la clasificación, y de nuevo esperamos el partido en NC para soñar -triste, pero cierto- con abandonar los puestos que condenan a la pérdida de categoría. La vergüenza, sin embargo, algunos ya la perdieron hace tiempo. Sin ir más lejos, un entrenador que se queda en nuestro equipo para hacer un «añico» en segunda, y volver a primera con garantías de quedarse. En lugar de eso, se carga a ilustres murcianistas, como Richi, Ibán Cuadrado, Acciari, Notario o Juanma. Todos ellos muy válidos para la categoría de plata -como también lo eran, y lo son, Gallardo, Jofre o Abel, por nombrar sólo algunos-. En su lugar trae jugadores del Valencia Mestalla (cedidos), del Écija, o incluso de lugares recónditos del este europeo. Con esa plantilla, de su confección, y a la que él mismo calificó como «capaz de haberse mantenido el año anterior en primera», no es capaz de sacarnos del descenso en Segunda. Se embolsa el tipo un millón de euros al año (a sumar a lo que nos robó Alcáraz con su finiquito), y ahí está, crecido en banderillas, y a punto de salir con algo como un «no preocuparos que este equipo lo salvo yo». Por Dios, que el Murcia nunca ha necesitado a exseleccionadores nacionales nacionalistas para que lo salven de bajar a Segunda B. Que somos, al menos eso sí, un gallito histórico en esta categoría en la que casi siempre nos hemos movido bien. En la que se nos respeta, al menos de momento. Cualquiera con vergüenza torera, o «levantapiedrera», me es igual, ya hubiese abandonado la nave, no sin antes pedir perdón en varias lenguas.
Lo peor de todo lo que siento esta semana, leyendo y releyendo todo lo que se escribe por los diferentes foros murcianistas, es el silencio. Algunas voces en el desierto claman por un cambio, dicen que van a liarla desde el minuto 0 del partido, y que hay que dejar claro que esto no hay quien lo soporte. Otros, cercanos al régimen Samperiano, me salen con el «hay que animar y punto, que eso es ser del Murcia». Pues nada, dentro de poco estos últimos estarán a sus anchas. Seremos 3000 en el campo en Segunda B, y podrán decir que el Murcia son ellos, y que los cazaespectáculos ya no están. Yo pensaba que los murcianistas aspirábamos a algo más que a ser una secta de colegas conformistas y palmeros, aplaudiendo a nuestro señor feudal que nos da 5 euros el día de nuestro cumple, ¡¡¡chachi!!!
¡¡¡¡Dios santo, que se rompa ya este silencio de los corderos!!!!

P.D. ¡¡Ah!! Y quiero MI ESCUDO, el de toda la vida, de vuelta a la camiseta.